Capítulo 20 parte II  ¿Qué ha pasado?
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Un fuerte pitido en los oídos fue lo que me hizo comenzar a despertarme de mi mareo, ese maldito pitido y un calor desorbitado en la mano, no sé qué es lo que estaba pasando lograba apenas recordar que Aro me había mordido la mano, esta  vez cuando abrí los ojos, estaba en una habitación oscura, de piedra, con una ventana y una rejilla en ella anti fuga, no tenía tantas fuerzas como para salir de un salto por ahí.  Escuchaba como las ratas corrían por una especie de tubería de hierro que pasaba por medio de la habitación, apenas me puse de rodillas, para mirar por el ventanuco, es una noche negra  iluminada de una luna llena inmensa y miles de estrellas totalmente visibles, que noche más hermosa, me recordó a mi viaje con Jake por Brasil, mi corazón empezó  a retumbar tanto como los tambores de una legión cuando van a la guerra, escuche pasos, deseaba  con todas mis fuerzas que fuese mi familia, una llave entro en la cerradura y el doble giro de la llave, hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, mi mano vendada se resentía de  la herida que Aro me hizo al morderme. La puerta se abre.

– Levántate, y sígueme. Me dijo con una seriedad como si de un amo le dice a su perro. No pude verle la cara

Intente levantarme, las rodillas  me temblaron, tuve que apoyarme en la pared de piedra para poder ponerme en pie, era Obvio que aro me había dejado muy débil, necesitaba comer y beber para recuperar fuerzas.

– Necesito comer y beber, podrías darme algo?

Se retiró la capucha de la capa hacia atrás y Jane profirió un gruñido agudo que logro descolocarme aún más de lo que ya el aturdimiento del desmayo por sí solo.

– Preferiría que fueses tú la comida, pero tienes suerte que mi amo me haya dado órdenes para que no te mate, pero todavía puedo torturarte..

La sonrisa tan reluciente que ella lucia me hacía tenerle mucho más miedo del que ya me daba, sus ojos gritaban sangre y muerte.

– Por favor, necesito comer. No podre dar un paso más,

Mire tímidamente hacia detrás no creo que hayamos andado más de 10 metros, pero estaba muy débil cuando entramos de nuevo en aquella habitación, cada uno de ellos inmóviles como si de estatuas habláramos ,con su marmórea piel inmóvil estaban sentados en su sillón. Me miraron, y se levantaron. Jane freno en seco y yo tropecé contra su hombro, ella soltó un gruñido y rápidamente se colocó al lado de Aro.

– Al fin ¡querida has despertado! Dijo un poco exaltado, no entiendo muy bien porque parecía tan contento.

– Por favor necesito comer y beber. Por favor. Tuve que rogar un poco porque me encontraba demasiado débil, la quemazón que notaba en la mano todavía hacia más difícil que lograra mantener la concentración suficiente de mantenerme en pie y hablar a la vez.

– Por supuesto,  lo teníamos preparado,  aunque desearía hacerte una pregunta.

–Adelante Aro, pregunta. Conteste.

–Que prefieres ¿sangre de  humanos, o comida para ellos?

Mi dieta era la mayor parte de las veces sangre animal, solo comía comida para humanos cuando estaba con mi Jake,  no sabía que contestar, así que viendo su cara de ansiedad de Aro para recibir una respuesta  no me quedo más remedio que contestar sin haberme decidido.

– Cualquier cosa que me traigas seguro que me sienta bien. Conteste

Dio un chasquido de dedos y unos tacones se acercaron a un paso ágil y gallardo. Mire por el final del pasillo pero desde mi posición no se veía el oscuro final.

Demetri se acercó y con una amabilidad impropia de su posición me acompaño a un cheslón rojo situado al lado de la chimenea del salón. Sin dar la oportunidad a que me invitaran a sentarme, me tome esa confianza propia, merecía sentarme después de lo que Aro me hizo.

– Hemos podido comprobar que la sangre que posees es de gran utilidad para nosotros, nos aporta mucha más fortaleza que la de un humano normal,  sería muy beneficioso para nuestra especie poseer a los de tu especie, tengo entendido que sois bastantes, me dijo Caius.

– Si hay más pero yo no los conozco. Yo solo conozco a Nahuel. Conteste, mientras escuchaba a los tacones cerca. ¿Qué intentaba decirme? ¿ nos iban a dar caza?

– Tranquila querida, solo estamos investigando sobre tu especie. Dijo Aro. Mientras Jane reía por lo bajo.

Vi aparecer a una humana, estaba un poco asustada, no sabía que hacia la humana allí conmigo.

– Adelante Reneesme puedes alimentarte. Dijo Marcus con una voz impasible.

– Nunca me había alimentado de humanos, no quería hacerlo pero ellos no me daban opción, no me iban a dar comida de humanos simplemente porque no   tenían  solo tenían humanos porque era el único alimento de nunca les faltaba tenía que hacerlo porque mi hambre me tenía casi desmayada de nuevo,

Hice de tripas corazón e intente seguir los instintos de mi parte vampira, olí su aroma, escuche su corazón, mucho más lento que el mío, tome posición de ataque y viendo como ella cerraba los ojos me abalance sobre ella y le desgarre el cuello para poder  alimentarme, a diferencia de mis padres yo sí que podía parar cuando quisiese, la sangre humana no tenía más satisfacción para mí que la de un animal, o mismamente de la comida humana tan deliciosa y con multitud de sabores y texturas, intente dejarla con vida mientras pensaba es Jake , que pensarían mis padres y mi familia cuando les contase esto.

No estaba del todo satisfecha, los ojos inmóviles de cada uno de ellos estaban clavados en mí, estaba segura que estaban sujetándose para no quitarme a aquella mujer de las manos, su corazón apenas latía,  cuando la deje sobre el cheslón, pero aún estaba viva.

No iba a cargar con esa muerte el resto de mi vida, yo no era una asesina despiadada como ellos.

– Apuesto ¿a que ya te encuentras mucho mejor? Pregunto Aro.

– Sí. Mucho mejor. Gracias. Le conteste firmemente.

– Ahora ¿qué quieres? Que más quieres, quiero irme a mi casa. Tengo muchas cosas que hacer, mis padres estarán preocupadísimos. Aro no creo que les siente bien que me hayas traído a la fuerza. Me atreví a decirle.

En sus ojos se veía el odio que le había causado al pronunciarme con voluntad propia.

– ahora que te has alimentado es hora de probar la fuerza que posees. Dijo alguien de la parte de atrás de la fila de súbditos.

. ¡NO! Antes quiero ver como esta esa mano. Dijo Aro mientras arrancaba la venda que tenía para proteger la herida,

– ¡Es increíble! ¡No puedo creerlo! Dijo Aro.

Inmediatamente todo el mundo estaba a mi alrededor mirando, sorprendentemente no tenía ni un rasguño, he de confesar que yo también me sorprendí, nunca antes nadie se había atrevido a hacerme ni un solo rasguño y nunca había sangrado, gracias a la excelente protección de mi madre, papa y  por supuesto de  mi Jake.

Todos susurraban, y hablaban a la vez, no podía entender nada más que, LeahincreíbleLeah, LeahsorprendenteLeah.

En un descuido, cogí a Alec  y le rompí el cuello, su cabeza rodó a mis pies, no di tiempo a nadie más de reacción, me asuste un poco porque nunca había probado mi fuerza hasta puntos tan extremos, todos dieron un paso hacia atrás, gruñendo como perros retrocedían, yo no tuve más remedio que dar un salto y alejarme un poco de ellos.

– Ahora ya has visto que tengo tanta fuerza como para mataros uno a uno. Dije enfrentándome a ellos. Mientras en lo más profundo de mi ser sentía miedo.

Aro rio mientras los demás tenían caras de desconcierto. Nadie en la sala era capaz de saber que ocurría, ni yo misma lo sabía, creo que ni el mismo daba crédito a lo que estaba sucediendo. Creo que me metí en problemas, más de los que ya tenía.

  • Vaya, vaya con la chica hibrida, te proporcionamos comida, un sitio para dormir y resulta que acabas de decapitar a Alec, uno de nuestros más preciados trofeos.

Todos los allí presentes giraron sus cabezas al escuchar a Aro, algunos con cara de sorpresa y otros de desconcierto.

  • Seguramente señorita, sabes que sin prender fuego podremos reconstruir a nuestro amigo. Demetri, por favor, ¿podrías recomponer a Alec?

Demetri asintió, y con el cuerpo de Alec en una mano y su cabellera en otra, desapareció por un gran pasillo arrastrando el cuerpo inmóvil de su compañero hacia el lugar más oscuro del pasillo.

Sabía que los vampiros podrían ser recompuestos si no les dabas fuego, podían ver, una vez decapitados pero no podían moverse, aunque en casa, desde la última vez que vi a estos vampiros, no había vuelto a salir el tema de cómo matarlos o como resucitarlos, nunca había tenido esa inquietud.

 

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