Capítulo 21    Parte II   Viaje a Volterra
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Llegamos al Aeropuerto Grand Forks, todos menos los más antiguos vampiros vegetarianos teníamos gafas de sol para que nadie pudiese descubrir nuestro origen, la gran mayoría de nosotros teníamos los ojos rojizos o en mi caso mi marrón todavía era fangoso y de un color rojizo que enseguida me podrían descubrir, el olor que había en el aeropuerto hacia que mi garganta ardiese de dolor, me preguntaba cuanta cantidad de sangre podría admitir, porque en estos momentos solo deseaba asesinar a la mayor parte de humanos que se encontraban allí, Edward y Alice y Jazzper estaban intentando distraerme para mermar las sensaciones que todo causaba para mí, intentaba no respirar, intentaba mantener la calma y no perder el control sobre mi misma, no podía ser que después de casi cuatro años no fuese capaz de controlar mi sed. Aquello me recordó a la conversación que había tenido con Rosalie antes de convertirme en vampiro. “Desearas algo mucho más que a Edward, la sangre.”

 

–          No era cierto del todo, ahora mismo deseaba la sangre, tengo deseos de venganza y sobre todo deseo a Edward. Por encima de todo, deseo la cabeza de Aro,  Y abrazar a mi pequeña. Le dije a Rosalie.

–          Tranquila cielo, todos estamos preocupados y ansiosos. Me dijo Edward mientras me agarraba la mano con fuerza.

 

El ruido de los motores al arrancar hizo que volviese de vuelta a la realidad, a las ansias que tenía de recuperar y abrazar a Reneesme y las ganas de pedir las máximas explicaciones a sus carceleros.

Nos sentamos en primera clase, el avión estaba vacío, una señorita muy amable pasó para desearnos buen viaje y para ofrecerse a todo lo que necesitásemos.

–          Señores, el avión está a punto de despegar estamos entrando en pista, si necesitan cualquier  cosa, estoy  aquí para ayudarles.

La gran mayoría asentimos con la cabeza y Carlaise dio las gracias, aunque sabemos que es su trabajo aquella muchacha de ojos grises parecía muy amable y servicial. Con las mismas que habían venido cruzo las cortinas y tomo asiento en la zona del personal.

–          Tranquila cielo, estaremos allí pronto y la recuperaremos. Dijo Esme.

–          No entiendo como no la sueltan, porque la tienen retenida contra su voluntad. Respondí mientras me llevaba las manos a la cabeza.

–          Solo intentan provocarnos, Aro espera que vallamos solos y poder separar a nuestra familia. Añadió Alice.

–          ¡No se lo permitiremos! Agrego Emmet  poniéndose de pie con contundencia.

Miraba por la ventana mientras los otros hablaban sin parar, solo Edward, Alice y yo estábamos en silencio, Jazzper seguía desde la distancia nuestros movimientos e intentaba calmar la atmosfera con tan de conseguir que la tensión que cada vez se hacía más grande bajase de intensidad y pudiésemos tener un viaje muchos mas apacible.

Las nubes parecían pequeñas cuando las atravesábamos, el mar, azul intenso, si me fijaba podía ver todas las clases de animales que vivían por debajo de la línea de agua, una gran ballena, un grupo de delfines, y algunos barcos pesqueros intentando ganarse la vida.

De repente apareció la azafata con un carrito, en el tenia revistas algunas bebidas y también algo de picar, yo tome una revista sobre Italia, y me senté para distraerme, no podía, pasaba las hojas sin fijarme nada más que en las fotos, nada de leer artículos, ni siquiera ver esas caras bonitas y esos cuerpos fantásticos posando sobre grandes terrenos con viñas.

En las últimas páginas estaban destinadas a sucesos y noticias de la ciudad, desde asesinatos o hasta fenómenos paranormales, y asesinatos sin resolver. Y claro, no faltaba algún artículo sobre las grandes catedrales y la religión, ya que el país, estaba dirigido por religiosos.

La lectura breve había conseguido distraerme ligeramente, nunca iba a poder estar tranquila mientras mi hija permanecía retenida en aquel lugar.

Tras 9 horas de vuelo y cruzar el océano, estábamos a punto de llegar al destino, tengo esa sensación de que se me encogía el estómago, era meramente imposible pero así pude percibir los nervios, eso hizo que un acto reflejo hiciese que me llevase la mano al lugar del estómago, aunque era algo imposible que esto pudiese sucederme ya que era un vampiro

 

–          Ya estamos casi,  ¿estamos todos listos? Pregunto Carlise.

 

La azafata apareció para decirnos que nos sentáramos y que procediésemos a abrocharnos los cinturones para comenzar el aterrizaje. Todos asentimos y volvimos a nuestros asientos, me puse rígida, estaba preparada para quemar vivos a los Vulturis y acabar con ellos con mis propias manos, no antes de pedirles explicaciones, por supuesto. El avión comenzó las maniobras del aterrizaje…………

Recogimos cada uno nuestras maletas de mano, y salimos con energía del Aeropuerto de Pisa, todavía quedaban unos 70 Km hasta Volterra,

Volterra, rodeada de murallas medievales, es una ciudad de encanto y de gran belleza. Imposible no quedar rendidos delante de un territorio que se releva en un encantador suceder de colinas verdes donde nacen rocas y castillos en un armonioso maridaje entre bellezas naturales y arquitectónicas. Fascinante es el espectáculo natural que Volterra ofrece a sus visitantes, pero no estábamos aquí para hacer de turistas, aunque la última vez que vine aquí con Alice casi no había visto la ciudad. Esta vez, había estado mirando por internet los alrededores. El Palazzo dei Priori es el castillo más antiguo de Toscana, modelo para la construcción del “Palazzo Vecchio” en Florencia.

 

Volterra, llamada “La máquina del tiempo” por sus varias fiestas populares, como en la que Alice y yo estuvimos intentando salvar a Edward. Sus antiguas bodegas artesanas de arte, cultura y gastronomía. Situada en lo alto de una colina, con una vista panorámica indescriptible, y entre los valles de los ríos Cecina y Era, surge Volterra, que conserva el testimonio de treinta siglos de historia; situada en el centro de la provincia de Pisa y a pocos kilómetros de Pisa capital. El centro de la ciudad está constituido por edificios medievales, y construida en el interior de la originaria muralla etrusca, la cual tenía un desarrollo mucho más grande, más de 7 Km.

Sin duda un lugar precioso para visitar y deleitarnos de castillos y de historias medievales increíbles. La fama de Volterra en el mundo es debida, además de sus numerosos monumentos y obras de arte aquellas que tanto gustaban a mi adorado esposo.

 

Nos encontramos en la Iglesia de S. Francesco del siglo XIII, a la que pertenece la Capilla de la Cruz del Día, construida en siglo XII con una notable fachada románica en la que vivían unos amigos de Carlise, Hannah y Sean, ambos vampiros,  allí estaríamos seguros ya que también tenían algunos roces con los vulturis y a ellos no les gustaban demasiado. De repente Alice quedo en trance, y Edward se tensaba.

 

–          Alice, los licántropos están cerca. Dijo Edward.

–          Si, ha desaparecido de nuevo nuestro futuro, pero estoy tranquila. Replico ella.

Emmet se levantó de golpe y dijo:

–          ¡Estamos preparados! ¿A que esperamos? Sobresaltándonos a todos.

–          Tranquilo hijo, tenemos que posicionarnos con los licántropos y trazar una estrategia más completa, recuerda que no jugamos en casa y eso son puntos a favor de los vulturis. Contesto Carlise con desgana.

Hannah y Sean  eran una pareja de mediana edad, aparentaban unos 45, y eran amables, y tenían los ojos de color dorado ella un tono más rojizo como el mío, él   hombre parecía más serio que ella que al contrario nos recibía con una timidez que solo conocía al reflejarse esa cualidad en mi misma.

Cual fue la sorpresa de todos, cuando de sus piernas vimos asomarse una pequeña cabecita, todos habíamos confundido el sonido de su corazón con el de alguna mascota, pero no, era un niño precioso de ojos dorados y pelo negro azabache.

Sean se puso nervioso cuando vio al niño asomarse y quiso explicarse, mi adorado marido que por supuesto ya sabía el origen del niño sonreía y comenzó a hablar.

–          Tranquilo sean, tu hijo es de la misma naturaleza que nuestra hija Reneesme, no hace falta que nos expliques nada. Dijo mientras se giraba para mantener la calma entre todos nuestros acompañantes.

–        El niño tiene un don, el niño es capaz de parar los movimientos de la o las personas que el desee, hemos tardado mucho tiempo en que el mismo se pueda controlar. Añadió Hannah.

–          Se llama Enzo, tiene dos años pero aparenta ocho ¿acaso a vuestra hija le ocurre lo mismo? Estamos asustados de la velocidad en la que crece. Dijo Hannah.

 

Mi familia sonreía, rápidamente Hannah y Sean se sentaron con Emmet, Carlaise, Esme y Rosalie, ellos escuchaban interesados la historia de nuestra pequeña y podía verse en sus expresiones como de la tensión pasaban a la calma e incluso a la alegría, pude ver en la cara de Hannah una expresión que había visto antes entre Alice, Esme y Rosalie, llorar en silencio, pero seguro que esta vez era de alegría.

Edward y yo decidimos salir a la búsqueda de las manadas, necesitábamos saber que era lo que habían visto, donde estaban localizados todos los vulturis y  cuales habían sido los movimientos de los últimos días. A nuestra salida se nos unieron Emmet y Jazzper.

El crepúsculo caía sobre la cuidad, se encendían los faros, teníamos que esperar una hora aproximadamente para poder correr sobre los tejados, así sería más fácil localizar a Jake y a las manadas.

El aroma de perro ya llegaba a nuestros sentidos olfativos,  espero que los vulturis no lo hayan percibido. En la parte opuesta de la ciudad, sobre la imponente vorágine de le Balze surge la Badia Camaldol ese en los últimos años tuvo que ser abandonada por el peligro de derrumbamiento. Allí estaba la manada oculta entre las ruinas de aquella muralla, esperando nuestra llegada nos recibe Sam y Jake.

“Estamos listos”“Hemos olfateado la zona, están en su castillo, solo Jane y Caius han salido estos últimos días”

  • ¿Podríais poneros decentes? Necesitamos que nos acompañéis y comencemos a trazar una estrategia para tener cuantas menos bajas nos sean posibles. Dijo Edward.

 

Los lobos se dieron media vuelta y desaparecieron entre los escombros del lugar, aullaron un par de veces para llamar a sus hermanos.

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