Capítulo 25   Vuelta a casa.
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Nos despedimos de las manadas que nos habíamos encontrado en Italia, eran encantadores, habían quedado en venir a visitarnos a Forks cuando se acercase el invierno. Las imágenes de la abuelita Esme no paraban de rondar en mi cabeza.

Papa, estaba destrozado al igual que el abuelito, pero creo que en mayor medida mi Papa, ya que podía ver y escuchar todo lo que pensábamos y no solo son sus recuerdos los que puede ver y escuchar. Trate que se sintiese mejor, aunque todos sabíamos que era una perdida muy grande para nuestros corazones.

Colocamos las maletas en la cinta antes de subirnos en el avión, esta vez habíamos alquilado un Jet privado para ir mucho más cómodos sin tener que escondernos.

  • Me preocupa el abuelito. Le dije a Jake.
  • Lo sé, Esme era una grandísima mujer, la echaremos de menos.

Todos íbamos emparejados menos claro, obviamente el abuelito Carlaise. Así que en cuanto despego el Jet, decidí ir a hacerle compañía.

  • Le dije mientras le tomaba la mano.
  • Hola cielo. Me contesto muy desganado.
  • ¿Cómo te encuentras?
  • Tendremos que hacernos a la idea cariño, la abuelita se ha ido y nos ha dejado solos.
  • ¿sabes? Siempre estará con nosotros, mientras nos acordemos de ella, siempre seguirá viva en nuestros corazones.

Le dije y le toque la cara con mis manos, haciendo una película con todos mis recuerdos de ella.

  • Gracias por recordarla así. Me dijo.
  • Abuelito, siempre que lo necesites te lo mostrare.

Nos hundimos en un abrazo de esos que parecen que no tienen final, de esos que el amor, la nostalgia y  el deseo de que aquel maldito día no hubiese pasado nunca y fuese un mal sueño.

Momentos después, prácticamente todos los vampiros que nos habían acompañado se unieron alrededor nuestro para apoyar a Carlaise, unos contaban como habían conocido a Esme y otros, como algunos de los lobos, como Seth  recordaban los bocadillos tan deliciosos que ella les preparaba cuando la abuelita era humana, o los buenos consejos que siempre nos daba, lo único que nos consolaba era que los Vulturis habían desaparecido, habíamos pagado una gran precio con su perdida, pero siempre la recordaríamos.

Logre quedarme dormida durante unas horas, mis padres me habían pedido que les contara todo lo que me había sucedido dentro del gran castillo de los Vulturis, pero sinceramente, En aquellos momentos no me apetecía, solo quería descansar en los ardientes brazos de mi Jake.

Cuando desperté, ya estábamos en territorio americano, a un par de horas de nuestra casa, y ahora sí, tocaba explicarles y contarles todo lo sucedido. Cuando acabe mi tía Alice nos contó las visiones que había tenido, ¿Cómo era posible que ella misma no hubiese visto lo que sucedería con la abuela? Quizá, al estar rodeados de tantos lobos había ayudado a que existiesen grandes lagunas.

Cuando llegamos a Forks,  cada uno tomo su camino, el abuelo fue a pasar unos días a Denali  con nuestras amigas para poder distraerse, solo quedaban 10 días para mi enlace con Jake, y me estaba pensando si anular la celebración.

  • No, rotundamente ¡no! Decía enfadada mi tía Alice.
  • Con la perdida de la abuela, no me apetece celebrarlo. Conteste.
  • A ella le gustaría que saliese todo tal y como lo habíamos planeado. Ella ayudo mucho con los preparativos y estaba feliz haciéndolo. Tómatelo como una última voluntad. Nada de anularlo todo.
  • Está bien. Pude decir resignada.

Papa y mama, habían estado escuchando toda la conversación con la tía Alice. Y ellos también estaban muy tristes, mi mama tenía cara de taciturna, algo en lo que bien todo el mundo decía parecerse al abuelito Charlie.

  • Cariño, yo también creo que no deberías anularlo, piensa que es un soplo de alegría que vas a inyectar en esta casa. Dijo Edward.
  • Si, tu padre tiene razón, y aunque nos duela, debemos hacer las cosas tal y como estaban planeadas. Añadió mama.

Como no tenía demasiadas ganas de discutir y mis padres iban a ir de caza y luego al claro de flores como lo había bautizado mi madre, yo aproveche para ir a nuestra casa y darme un gran baño caliente. Lo necesitaba. Después del baño corrí a casa de los abuelos, necesitaba estar allí, tomar las fotos de mi abuela y grabar esa imagen eternamente en mi memoria para asegurarme de no olvidarla jamás. Había quedado con Jake allí, así tendría mi momento de intimidad, necesitaba que el agua cayese sobre mi cuerpo y se llevara todo lo malo, todo lo que había ocurrido en aquellos fatídicos días en mi familia.

 

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