La visita a Denali duró menos de lo que había esperado. Eso no me disgustaba ya que extrañaba estar en casa.
Jacob prefirió regresar con nosotros en el avión, los demás lo hicieron por sus propios medios.
A Reneesme no le molestó viajar esta vez a varios asientos de distancia del nuestro.
El viaje se me hizo corto mientras pensaba en todas las cosas que habíamos vivido en las últimas horas. Edward estaba sentado a mi lado con mi mano entre las suyas y no interrumpió mis cavilaciones, parecía tan abstraído como yo.
– ¿Te molestas si acompaño a Emmet un momento, amor?
– Por supuesto que no. Contesté y luego dije en un susurro
– Mientras tanto haré que Nessy se dé un baño para sacarse la peste. Y sonreí.
– De acuerdo. Dijo entre risas y me besó antes de irse.
– Ness entró en la cabaña sólo un momento después. Acababa d despedirse de Jake.
– Deberías darte un baño. Le dije.
– Sí creo que me vendría bien. Contestó mientras tomaba su maleta y se dirigía a su habitación. Yo la seguí.
–Es estupendo que Leah se imprimara de Nahuel ¿Verdad? comentó.
–Si…
Entonces oímos que alguien se acercaba. Sentí el efluvio de Alice.
– Pasa Alice, está abierto. Dije.
– Hola. Saludó.
– ¿Qué necesitas Alice? Pareces apurada.
– Y lo estoy– me confirmó
– El don de mi hermano resulta de o más inconveniente en algunas ocasiones.
– Dime ¿Qué has visto? pregunté.
– En una semana es el cumpleaños de Edward.dijo, tomándome totalmente por sorpresa
– Y quiero que lo celebremos por ser el primero que pasarás con él. Dijo y las palabras salían disparadas de sus labios
– Pero debe ser una sorpresa.
– Creo que veo un poco por dónde vas. le dije
– Pero ¿no crees que ya se enteró mientras venías hacia aquí?
– Tengo mis técnicas para mantenerlo fuera de mi mente. Afirmó
– Aún no se lo he dicho a nadie.
– Está bien ¿Qué hay que hacer? pregunté.
– Mi primer recurso serás tú, pequeña. Le dijo a Nessy.
– Está bien. Dijo ella.
– Necesito que lleves a tu papá a pasear lo más lejos que puedas por una hora más o menos. Tú eres una experta en ocultarle cosas… No pongas esa cara Ness, lo digo en el buen sentido. Le dijo al ver que ella se ponía seria
– ¿Harías eso por mí? Ah y otra cosa, no se los digas a Jake, es sólo por prevención.
– Ay Bella, no sabes cuánto te envidio en estos momentos ¡oh! soltó de pronto
–Viene hacia aquí. Inventa cualquier excusa de porqué vine.dijo antes de desaparecer por la puerta trasera.
Dos segundos después Edward entró en la casa y Nessie corrió hacia el baño.
– ¿Tienes alguna idea de lo que le pasa ?Pregunté comenzando a interpretar mi papel.
–Es sólo que se le ocurrió un excelente plan. Contestó y por un momento pensé que había descubierto nuestro secreto.
– Quiere dar un paseo conmigo porque cree que me he puesto celoso de Jake. Me explicó en susurros.
Contuve un suspiro de alivio.
– Ah, ya veo. Dije.
– Oye, ¿qué quería Alice?
– Oh, ya sabes sólo reprenderme por no haber usado el atuendo adecuado para viajar en el avión…sonó muy convincente
– Sigue luchando contra la corriente. Dije y me reí.
– ¿Qué quería Emmet?
– No, agradecerme porque Alice le dijo que la idea para la reconciliación había sido nuestra, y también quería reírse un rato a mis costillas por el asunto de Nahuel. Hizo una mueca.
– Estoy lista papi, vamos. Dijo Nessy y lo tomó de la mano.
– ¿Segura que no quieres venir? preguntó.
– No, ve tú. Le dije.
– Está bien, adiós. Dijo y me besó.
Cuando se alejaron corrí hacia la casa grande.
– Hola. Sólo dije, ya estaba nerviosa.
Todos me saludaron y nos sentamos en la sala.
– Dinos la que hay que hacer, Alice. Pidió Carlisle.
– Bueno, comenzó Alice
–Lo `principal es que ninguno vaya a pensar sobre esto en su presencia.
– Por eso te quiero tanto hermanita, nos pides cosas tan sencillas. dijo Emm sarcásticamente y luego soltó una carcajada.
–Hay distintas formas de hacerlo Emmet. Dijo Alice y a continuación pasó a detallarle todas las técnicas. Yo escuché con atención para no cometer ningún desliz en nuestra sesión de muestras de recuerdos de esta noche.
– Pero creo que tu sólo deberás recordar tus últimos días con Rose, él no soportará asistir a esos recuerdos.
Todos reímos ante su comentario y continuamos con los preparativos.
Fue algo realmente difícil, me di cuenta de que había subestimado el comentario de Emmet.
Alice se había encargado de todo lo referente a la celebración.
Pero los demás se habían preocupado en ocultar las cosas, demasiado bien.
– Todos parecen estar muy enfocados en sus respectivas tareas estos días– me comentó Edward, que estaba a mi lado una mañana mientras cepillaba los bucles de Nessy frente al espejo.
– A mí no me resulta extraño, le dije
– Carlisle y Esme deben estar ocupados en sus trabajos, ya que se ausentaron por unos días.
– Tienes razón, aceptó.
– Quizá sólo me pareció.
– Listo Ness. Le dije a mi hija.
– Gracias mami. Voy a llamar a Jake. Dijo y salió de la habitación.
Edward me quitó el cepillo y comenzó a pasarlo lentamente por mi cabello. Me sonreía en el espejo pero lo noté algo pensativo.
– ¿En qué piensas? le pregunté.
– Sólo en que eres muy hermosa. Contestó
–Y en que soy completamente feliz por primera vez en casi un siglo. Todavía me cuesta creer que todo sea tan perfecto.
Para cuando terminó de hablar yo estaba parada frente a él.
Lo besé tiernamente y supe que en ese momento estaba pensando en su cumpleaños, No podía creer que no lo hubiera mencionado. Supuse que lo hacía por mí, al saber cómo era con respecto a las celebraciones.
Durante estos días había tratado de imaginarme que le gustaría que le diera. Pero ¿qué le regalas a alguien que es feliz con todo lo que tiene y que no necesita nada más?
No quería que fuera nada material, sino algo especial que sólo él pudiera disfrutar y que le demostrara cuánto lo amaba.
No se me ocurrió nada hasta la noche de la fiesta.
Nos la habíamos ingeniado para que fuera de caza todo ese día con Emmet y Jazper, y había hecho dormir a Ness una larga siesta para que resistiera las dos horas que según Alice duraría la celebración.
– ¿Crees que funcionará, Esme? pregunté. Carlisle sonrió a su lado al notar mi nerviosismo.
– Alice…alcancé a decir pero me cortó.
– Haces el favor de tranquilizarte, debí dejar que Jazper se quedara. Ven ayúdame me dijo mientras me tendía un extremo de un cartel que rezaba: Feliz Cumpleaños Edward para dar el toque final a la decoración.
– Eres una experta Alice, todo está perfecto.
– Es cierto tía, colaboró Nessy.
– Lo sé. Gracias. Tal vez debería hacer caso a la sugerencia de René y poner un negocio para montar fiestas. Comentó.
Escuchar el nombre de René me deprimió. Hacía bastante tiempo que no la veía, pero procuré que no se me notara en el semblante.
–Ya saben lo que deben hacer. Dijo Alice divertida. El trato era que todos trataran de pensar que hacían cualquier cosa para que Edward realmente se sorprendiera. Y lo logramos.
Sólo unos momentos después pude escuchar que los tres se acercaban.
– ¿Qué es esto? Preguntó Edward con sorpresa en cuanto llegó al umbral de la puerta.
– ¡Feliz Cumpleaños! dijimos todos.
Él no se había recuperado de su asombro cuando todos lo envolvimos en un abrazo.
– ¡Wow! Gracias. Sólo logró decir, estaba muy emocionado.
Todos se apartaron, y nosotros quedamos solos y abrazados en el centro de la habitación.
– Feliz Cumpleaños, amor. Le dije y lo besé y cuando me aparté sonreía
– Voy a ser la primera en darte un obsequio. Dije y sonreí mirándolo a los ojos. Me incliné para rozar su frente con la mía, ates de expulsar el escudo hacia afuera y pensar:
LeahEste es mi regalo amor, podrás ver todo lo que piense el resto del día, y será un día dedicado a pensar sólo en ti y en cuanto te amo, o sea que mi rutina no deberá cambiar demasiado. ¿Te gusta?Leah
En ese momento sentí que dejaba de respirar. Su expresión estaba en blanco. Cuando se recuperó rompió a besarme desesperadamente. Si le había gustado mi regalo…
– ¿Qué es? preguntó Emmet.
Pero Estábamos muy ocupados para responder de modo que lo hizo Alice.
–Bella quitará el escudo de su mente durante todo el día de hoy.
–Oh… sólo dijo Emmet.
El resto de la fiesta trascurrió entre bailes fotografías y palabras de afecto de todos los presentes. Lo pasamos realmente bien.
Esa noche quedaría marcada en nuestras memorias para el resto de nuestra existencia.
Edward dijo que había sido el mejor cumpleaños de toda su existencia, y en cuanto a mí. Aunque salí victoriosa de mi lucha con el escudo, acabe más agotada que el día de la lucha con los Vulturis, pero por Edward era capaz de cualquier cosa.