Obedece IV
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“Ella está loca, pero es mágica. No hay mentiras en sus juegos y a mí me trae loco disponer de ella cumpliendo mis más oscuros deseos”

Rosa sabía que su entrepierna se mojaba entera  y deseaba ser follada cada vez que me oía insultarla y humillarla. Rosa recogió de mi buzón , un sobre con unas instrucciones que le había dejado, en el sobre había un papel escrito a máquina con las ordenes, subió y abrió la puerta, pasó al salón y colocándose de rodillas delante del sofá con la cabeza gacha y las manos a la espalda, en señal de sumisión se puso el pañuelo negro en los ojos para tapárselos. Tal y como había ordenado.

El Amo llegó, le oyó caminar y acercarse a ella, me senté enfrente y le ordené que me lamiese los pies descalzos en señal de adoración y obediencia. Cuando hubo terminado y consideré que ya estaban bien limpios y descansados agarre a Rosa de los pelos  suavemente levantándola  del suelo del salón y le dije:

  • Desnúdate, quiero ver lo cochina que eres, pero deja los pantalones en los tobillos, espero que no hayas traído tanga, que lo tengas en el bolso como yo te ordené.  dije de manera déspota.

Rosa, con manos temblorosas fue cumpliendo todo los que le había ordenado. Con una pequeña vara de bambú ,le azoté por cada temblor que ella tenía, le propinaba un flagelo en cada nalga, pero un golpe suave ya que no quería marcarla.

Terminó de desnudarse, con la cabeza agachada y los pantalones en los tobillos. Procedí a tocarla para reconocer su cuerpo, primero en sus hombros los acariciaba con suavidad para luego dar un golpecito, seguí por los pechos, éstos los estrujaba y los pellizcaba con poca fuerza primeramente y luego la intensidad subía un poco. Iba bajando ahora por los muslos, se saltó la entrepierna, lo iba a dejar para el final, las ingles, los muslos, los notaba fríos, y los azotaba con la vara de manera directa pero con poca intensidad para que éstos se calentasen.

Me sitúo justo detrás, a su espalda y la fui acariciando con la yema de los dedos y la punta de la vara hasta llegar a su ano el cual rodeé durante un buen rato con el dedo apretando ligeramente. Lubriqué el ano de Rosa para que su introducción fuese menos intrusiva y le resultase más fácil.  Cuando Rosa gemía por la pronta introducción, le sacaba el dedo  y paseaba mis manos por  los muslos hacia la parte delantera de los mismos. Subiendo por las ingles llegaba a la entrepierna, le toqué con el dorso de la mano y luego con la palma comprobando cómo estaba de mojada. Cogí con dos dedos los mojé en los fluidos de ella y se los di a probar, ella echó la cabeza hacia atrás y la cogí del pelo y se los hice lamer y la advertí del castigo que se había ganado por esta desobediencia.

  • Nena, no puedes negármelo. Me complace ver como degustas la delicatesen de tu entrepierna.

Se desnudó entera  y se situó en una esquina. Maniatándola con unas esposas a una argolla que había cerca del techo y  empezó a darle azotes con una pala de ping-pong en las nalgas alternativamente uno en cada nalga, aumentaba el ritmo y la intensidad según mis deseos. Luego cambié de instrumento y lo hice con la vara, ahora los golpes eran duros pero secos, cuando las nalgas fueron cogiendo un color rojizo tirando a morado,  le palmeé el culo y se lo pellizqué haciendo que su cuerpo se  estremeciese. Rosa arqueando la espalda y emitía bufidos, ya que chillar no podía porque tenía tapada la boca con un gag.

Con el castigó terminado y la llevé al cuarto de baño y le ordené que orinase en ese momento allí delante de mí, porque luego no iba a poder hacerlo, Rosa se tapaba, pero yo le daba en las manos con la vara y no dejaba que ella se cubriese. Cuando termino de hacerlo,  se limpió y yo volví a ordenar.

  • Ahora vas a ser mi masajista particular. vas a lavarme bien aquí en la bañera y  vas a hacer que me corra, después me vas a hacer un masaje completo.

Rosa echó gel en la esponja y comenzó a lavarme la espalda frotándome en círculos poco a poco hasta tener todo mi cuerpo lleno de jabón, entonces me aclaró  y le dije:

  • Vísteme, vamos al salón y allí me haces una felación, yo me sentaré el sofá y tú te sentaras a mi lado.

Así fue, nos dirigimos al salón, me senté en el sofá y le coloque un collar al cuello y una correa que mantuve en mi mano .Rosa se arrodillo ante mí, con la mano me soltó el cinturón, siguiendo por los botones del pantalón para dejarlos caer a media pierna. Restregó su cara contra mi bóxer para notar como mi miembro crecía por momentos,  bajó el bóxer, se sentó con las piernas bien abiertas y empezó a lamerme la ingle.

Despacito fue subiendo hasta llegar a mi barriga donde hincó bien la cara para ir bajando y llegar a la otra ingle, bajó un poco metiendo su cara entre mis piernas y lamió ahí donde tanto le gustaba que por algo habíamos tenido muchas sesiones y conocía mis puntos erógenos ,en ese sitio que queda entre los huevos y el culo, lo lamió lo chupó y con la punta de la lengua bajó un poco hasta encontrar mi culo, donde jugueteó un rato introduciéndola solo un poquito, lo justo para dejarlo húmedo, subió de nuevo para besarme los huevos mientras fue abriendo la boca para terminar haciendo una pequeña succión con la que consiguió que mis huevos entrasen en su boca, jugando con ellos  suavemente , hizo el amago de tragar para que notase el fondo de su garganta, mientras con el dedo índice situado en su culo fue haciendo círculos y dándole pequeños pellizquitos….

Sacó los huevos de la boca y con la lengua bien húmeda fue lamiéndome mi miembro hasta llegar al glande, donde dejó un poco de saliva para poder introducir su lengua entre el prepucio y el glande , se esmeró bien en succionar el agujero de su polla donde hizo presión con la lengua como para intentar introducirla en el.  Con el dedo índice empezó a hacer presión sobre mi culo para penetrarlo un poquito, solo la punta del dedo para ir haciendo cada vez más presión y conseguir que entrase hasta la mitad. Una vez el dedo estaba dentro, sin sacarlo hizo círculos dentro de él presionándome bien por dentro, siguió chupándome la polla, escondiendo bien los dientes y sacando la lengua todo lo que pudo para que mi polla entrase hasta el fondo de su garganta, sin roces con movimientos acompasados y cada vez más rápidos, mientras su dedo también empezaba a entrar y salir de mi culo al mismo compás. Cuando notó que me iba a correr, sacó el dedo del culo puso su cara frente a mi miembro y con la boca bien abierta para que descargase frente a la garganta que se la ha trabajado.  Descargué sobre su cara, su pelo y su pecho, en la punta del miembro quedaba un poco de semen que Rosa chupó con ansia hasta dejármela bien limpia y reluciente, para terminar relamiéndose la comisura de los labios ante semejante manjar.

  • Excepcional querida. Tienes una boca exquisita. Creo que no me cansare nunca de ella.

Entonces la retiré y como recompensa por su trabajo, dejé que se duchase sola, cuando volvió le coloqué el collar de nuevo, y me eché en la cama a dormir un rato atándola a la pata de la cama y enseñándole la alfombra que había en el suelo que era donde ella iba a dormir, si quería.

Accediendo a mis caprichos, ella se tumbó a los pies de su amo y también se quedó dormida hasta la próxima sesión.

Continuara….

 

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