Estaba realmente feliz, nunca imagine que nuestra primera vez iba a ser en Brasil, y mucho menos de la manera en la que había ocurrido. Estaba rebosante de felicidad. Reneesme en aquel momento se estaba dando una ducha, yo había preferido ir a la piscina de nuestra terraza, desde allí se veían todas las luces de la ciudad, el puerto y también se escuchaba la música de los Pub. La cuidad estaba llena de gente.
Apenas habíamos comido y ya empezaba a sonarme el estómago. Reneesme seguía tardando demasiado en el baño. Me decidí por ir a buscarla.
– Nessy, ¿estás bien? ¿Cariño puedo pasar? Pregunte un poco ansioso.
– Sí, Jake estoy bien. Puedes pasar.
Entre en aquel lujoso cuarto de baño. No imaginaba a Alice y a Jazzper en aquella habitación. Comencé a lavarme los dientes, mientras escuchaba el agua caer de la ducha de Reneesme.
– Tengo un poco de hambre, ¿qué te apetece cenar? Le pregunte.
– Bueno no he probado muchas cosas humanas. Así que… dejare que tú decidas. Me contesto amablemente.
Me quite el pantalón negro que Nessy había comprado para mi decidido por darme una ducha yo también. Hacia demasiado calor en aquella ciudad y si además sumábamos los 44º que había logrado alcanzar los últimos meses..
– Nessy cariño creo que yo también me voy a dar una ducha.
– Puedes pasar conmigo esta ducha es muy grande. Me dijo divertida.
Yo lo dude por un momento, he de reconocer que no sabía el modo de esconderle esto a Edward, pero el mal ya estaba echo aunque pensándolo bien ella ya era adulta y pronto estaríamos casados, abrí la mampara y pase dentro con ella.
– Hola. Le dije.
– Hola, me contesto.
Su pulso estaba tan acelerado como el mío, y mis instintos después de tanto tiempo esperando este momento eran incontrolables y comencé a besarla de nuevo, ella me respondió con el mismo ánimo que yo. Ya era demasiado tarde para pararlo, su cuerpo mojado era irresistible, sus piernas rodearon mi cintura y colgada a mi cuello empezamos a besarnos con frenesí ya no importaba ni bella, ni Edward, ni ningún Cullen, allí ella y yo disfrutando de nuestros cuerpo en el mejor lugar del mundo, los dos solos, entregándonos al placer y al deseo contenido durante tanto tiempo. Deseaba que el momento fuese eterno, que no terminara nunca, estaba entre mis brazos, besarla, sentirla al fin mía, poseerla y que ella me poseyera a mí, era la mejor sensación que había experimentado jamás, no quería salir de ese paraíso, nuestro paraíso.
Mi estómago empezó a pedir comida, fue entonces cuando miramos la hora que era ya que nos cerrarían los restaurantes, yo corrí con una toalla atada a la cintura a nuestra habitación y ella se quedó arreglándose en el cuarto de baño.
Cuando ella salió del baño yo llevaba 15 minutos esperándola con una coca cola en el saloncito de la suite, se había puesto un vestido ajustadísimo negro y llevaba un tacón altísimo del mismo color que su pelo.. De repente te dio cuenta de que algo se le olvidaba.
– Nessy llegaremos tarde.. Apenas pude continuar, aquel vestido le quedaba que ni echo a medida, por detrás llevaba un escote que acababa junto el fin de su espalda.
– Solo olvide echarme un poco de perfume amor, son solo unos segundos.
– Estas bien, pero tú ya hueles de forma espectacular y con ese modelito que te has puesto seré la envidia de todos los hombres de la ciudad. Le dije tiernamente.
– No seas tonto Jake. Venga vamos a comer, ya estoy impaciente por probar comida nueva. Dijo toda emocionada.
Bajamos en el ascensor del hotel, salimos al exterior, no sabía dónde llevarla a comer, había tantas cosas que ella no había probado nunca.
– Bueno princesa y ¿qué te apetece comer? Le dije
– Jake no se… ¿pescado? ¿Pizza? ¿Carne? Me sugirió.
Bueno podemos ir a un bar del paseo de la playa y que nos pongan algo típico de la región.
Cenamos tranquilamente hasta que los camareros del bar nos dijeron que debíamos irnos, que tenían que cerrar.
– Nessy es hora de irnos, yo estaba un poco cansado había sido un día agotador, todavía teníamos tres días por delante y debíamos ir al hotel y descansar.
–Está bien, ha sido un día largo y mañana quiero hacer una excursión y bañarme en estas playas.
Cuando desperté no podía dejar de mirarla, su pelo relucía hermoso sobre la almohada.
No podía dejar de mirarla y a la misma vez no podía dejar de pensar la manera en que le íbamos a ocultar a Edward lo ocurrido entre nosotros.
– Buenos días. Me sorprendió.
– Buenos días.
– ¿Sabes Jake? He soñado con nuestra boda, seguro que tía Alice hace que sea perfecta. Me dijo.
– No te preocupes amor, todavía falta bastante para hacer nuestro sueño realidad.
Pedimos el desayuno al servicio de habitaciones y decidimos tomarlo en el jacuzzi, Reneesme encontró unos botones y empezaron a salir miles de burbujas,
– Sabes el zumo con tostadas esta delicioso, lastima no haber probado la comida humana antes. Me dijo.
–ajajá reí, si bueno hay muchas cosas deliciosas en este mundo, tu eres una de ellas! Le dije.
Al cabo de una hora entre tantas burbujas yo me Sentía lo suficientemente arrugado.
– Nessy amor, ¿vamos a darnos un baño a la playa?
– Claro Jake enseguida.
Caminábamos ya sobre la blanca arena de la tierra, las olas nos pegaban en los pies. Reneesme parecía divertida.
–Oh que agua más caliente Jake. Parece que hubiese mil lobos dentro para calentarla. Me dijo bromista.
– Sabes que si nos metiéramos dentro tú y yo, el agua estaría a mil grados. Le dije.
– Si Jake… ¿quieres entrar? Me pregunto, yo accedí con un gesto y tire de su mano.
Pasamos horas metidos en el agua saltando las olas y disfrutando de la calidez de las aguas. Cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde y la marea empezaba a subir.
– Cariño, tenemos que irnos fuera, no podemos llamar la atención. Le dije.
– Jake. Está bien. Pero ahora empezaba a pasármelo bien.
– Nessy los humanos salen cuando la marea sube. Es peligroso. Que te parece si vamos a tomar algo?
Muy bien ¿vamos a cambiarnos? ¿O quieres ir en bañador? Me dijo y me dio un beso en la mejilla.
Fuimos al hotel, nos dimos una ducha rápida y nos cambiamos la ropa, esta vez no fue como la otra ducha, nos cambiamos y salimos con intención de tomarnos una copa y cenar algo.
Nos sentamos en un local donde había mesas de madera, manteles blancos y velas en todas las mesas parecía muy acogedor, el camarero nos recibió con un par de copas de cóctel y un plato con aceitunas. Nos dio la carta y pedimos vino español.
–Mmm Jake estoy esta delicioso, ¿ya sabes lo que vamos a comer?
– Yo creo que pediremos churrasco: es Típico de Río. Es carne a la plancha esta para chuparse los dedos. Jajajaj
– Suena bien, aunque también me gustaría probar algo de marisco.
– unas coquinas por favor. Dije. Me agradaba la idea de comer carne, ya que hacía mucho tiempo que me alimentaba como ella.
Cenamos tranquilamente mientras conversábamos,
– Nessy amor, ya sabes el don de tu papa, ¿cómo vamos a ocultarle lo que ha sucedido aquí? le pregunte.
– Si Jake, ya había pensado en eso, pareces preocupado. Me dijo seria.
– Es solo que no quiero tener problemas con tu papa.
– Diremos que yo te obligue. Dijo mientras se reía.
– No Nessy yo creo que no deberíamos pensar en ello en su presencia. Le dije.
– Y que se supone ¿qué vamos a pensar?
– No lo sé. Le dije. Yo sabía que el solo sabría lo que había pasado si pensábamos en ello en su presencia pero si intentábamos no recordarlo, no pasaría nada.
Ella me tomo de la mano para tranquilizarme,
– Nessy, si nos pregunta, yo creo que deberíamos pensar en corales, y en playa y en comida humana. ¿Qué te parece?
– Buena idea Jake! Aunque jajaj. No se si no nos descubrirá parecerá extraño que los dos pensemos en lo mismo. Además no estoy acostumbrada a ocultarles cosas a mis papas. Me dijo y asentí con la cabeza.
No sacamos más el tema, nuestra conversación quedo apartada ahí, ese tema lo cerraríamos cuando fuésemos al encuentro de la familia Cullen.
El vino parecía empezar a hacer efecto, no estábamos acostumbrados a beber alcohol. Y pasamos una agradable velada. la noche había llegado hasta Río de Janeiro, terminamos de cenar y decidimos dar un paseo a la luz de las estrellas, aquella noche lucía una hermosa luna llena. Llegamos hasta el faro, y nos tumbamos allí para observarlo todo tranquilamente.
– Reneesme. Te amo. Le dije.
– Yo a ti también lobo. Me dijo y me beso.
–¿sabes? Estos días a solas me están sentando genial, creo que lo necesitaba, le dije.
– Si yo también necesitaba estar contigo sin reservas. ¿Sabes? La vida humana no es del todo mala. Me encanta la comida, y su estilo de vida. Tenemos que repetirlo más veces. Me dijo entusiasmada.
– Claro cariño cuando tú quieras, ya sabes que a mí me da igual. Es más prefiero la comida humana. Le dije.
Ella se echó en mis brazos y yo la abrace. Nadie en la faz de la tierra sabia lo inmensamente feliz que era en aquel momento. Solo quería besarla y abrazarla. Todavía no había motivo de preocupaciones mañana seria otro día, yo quería Hacerla mía una y otra vez hasta que mis fuerzas se agotaran. Ella me correspondió con el mismo entusiasmo y una vez más hicimos en amor con las estrellas y la luna de testigos.